Nombre: La abeja haragana
Autor: Horacio Quiroga

No es nuestra inteligencia, sino nuestro trabajo quien nos hace tan fuertes. Yo usé una sola vez de mi inteligencia, y fue para salvar mi vida. No habría necesitado de ese esfuerzo, sí hubiera trabajado como todas. Me he cansado tanto volando de aquí para allá, como trabajando. Lo que me faltaba era la noción del deber, que adquirí aquella noche. Trabajen, compañeras, pensando que el fin a que tienden nuestros esfuerzos —la felicidad de todos— es muy superior a la fatiga de cada uno. A esto los hombres llaman ideal, y tienen razón. No hay otra filosofía en la vida de un hombre y de una abeja.
La enseñanza que plantes es muy verdadera hay que tener igualdad con todos y no creerse mas que los demás.
ResponderBorrarMe parece muy buena tu redaccion, ya que es verdad que nunca debemos tratar a la gente con discriminacion ni nada de eso, siempre tenemos que ser igual con todas las personas.
ResponderBorrarMe interesa y me llama la atención la enseñanza que nos deja.
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